El Kibbutz

Kibbutz: colonia, settlement, asentamiento, rincón elegido dónde alzar la tienda final, dónde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro. En la Rayuela, el cielo y la Tierra están en un mismo plano, hay que entrar al cielo a patadas, el zapato patea la piedrita, mirar al mundo a través del ojo del culo, la piedra debe pasar por ahí, llegar al Kibbutz. (Cortázar)

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11/04/2006

Basura aqi

Peligro: Colombianos Trabajando

Hace poco vi la película francesa Peligro: colombianos trabajando, de la directora Brigitte Roüan, que por estos días está en cartelera. Mi sorpresa fue encontrar una película francesa con el tema de los emigrantes colombianos; es la historia de una abogada defensora de emigrantes, que contrata a colombianos para que le remodelen su apartamento. Durante el trabajo ella conoce nuestra cultura, que según la película se define así: guerrilleros, sicarios, aguardiente, perezosos, desaseados, obesos, marihuaneros, incumplidos etc. Al final de la película vi a muchos molestos por el concepto en que nos tiene Europa, ¿Cuál concepto en el que nos tienen? Si Colombia es exactamente eso.

Todo lo dejamos para el final, como en la película; si alguien nos quiere comprar un botón, terminamos vendiéndole un sastre, como en la película; celebramos todo, hasta que se murió el perro; como en la película. Ah pero eso sí, aquellos que creen que Colombia es una tierra de esperanzas y de gente verraca, permítanme soltar una leve carcajada. No puede haber tantos ciegos en un país tan mierda. Es que Colombia es Pasión, sí claro, una campaña hecha por gringos con una pizca de uribismo evidente. Pero es que tenemos el mejor café. Sí, y tenemos la mejor guerrilla, los mejores paramilitares, los mejores asesinos en serie, los mejores narcotraficantes. Pero Patarroyo creó la vacuna de la malaria. Sí y también fuimos nosotros los creadores del Carro-Bomba, de la clonación de celulares, de una bazuca con tubo de Eternit, de los atrapa-tarjeta en los cajeros automáticos, de las papa-bombas, de una gran empresa de piratería, de la economía alternativa (chicles, cigarros, minutos…), de la programación televisiva más banal y morbosa que ha podido existir. Pero nosotros tenemos la democracia más estable de Suramérica, sí, la más estable y corrupta, manejada por ladrones, curas, conservadores, dictadores y fascistas. Pero aquí se habla el mejor español del mundo, ¡Claro! aquí hablamos muy bien, deformando el idioma con anglicismos y burradas televisivas, creyendo que somos más colombianos hablando mal, es que hasta el presidente habla mal. Pero, pero…pero aquí tenemos la mejor diversidad natural y materias primas envidiables por cualquier país, ¿Tenemos? ¡Teníamos! Querrás decir, pues con el TLC ya nada de eso nos pertenecerá. ...pero… ¿no somos acaso nosotros el segundo país más feliz del mundo? ¡Por favor!, cómo pueden creer en tan absurda noticia estadística, y si fuese verdad sería más angustiante, ¿cómo es que un país en medio de la miseria (porque son 25 millones de colombianos que viven en la miseria) puede vivir feliz? Yo creo que esa felicidad se debe a que están obnubilados, o más bien uribnibilados, no, ya sé, Joséobdulionubilados, refiriéndome a José Obdulio Gaviria (entre otras primo hermano de Pablo Escobar Gaviria), quien es el que maneja todo el régimen uribista, él es el que dice que no hay guerra, que cuál guerra. ¿Y la ley de Justicia y Paz? Para qué entonces. Que ya no hay derecha ni mucho menos izquierda, ¡Claro!, ahora cambió de nombre, Uribismo y Oposición, pero ¿no es la misma vaina?

Es que en este país se respeta más a un traqueto que a un intelectual, ah se me olvidaba, nosotros también creamos esta figura del traqueto y las prepago (putas buenas y costosas). Porque el colombiano promedio sueña ser un traqueto, que donde él llegue se cante “El rey”, que gaste trago a todo el mundo, rodeado por veinte hermosas mujeres de tetas postizas y jeans pegados, que su palabra sea la ley, con colgandejos de oro y camionetas extravagantes con música a todo volumen; con escoltas que lo cuiden por donde vaya, que la gente lo conozca, que ofenda al esteticismo, que haya plata, porque como dice Felipe Aljure, director de El Colombian Dream: “los colombianos son y serán adictos al dinero”.

El colombiano es tal cual la película lo representa, un ser totalmente perezoso, eso sí, buena gente, alcohólico y que de vez en cuando se fuma sus porritos de marihuana. Que baila mal salsa, sudado, obeso y apestoso, gritando salud; mediocre en todo lo que se propone como proyecto. Yo creería que somos una raza maldita y vergonzosa. El único error que cometió la película fue el título, yo le pondría: Peligro: colombianos borrachos, o qué tal este Peligro: Los colombianos llegaron, o más fácil, Peligro: colombianos.


2 Comments:

  • At 11/06/2006 2:33 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Mmmmm lo único que puedo decir es que el título de la película a la que se refiere cae en la maldición de no coincidir con el original, como se expresa en la publicación de noviembre 2 de El Tiempo “(…) Uno que nos toca es el de Peligro, colombianos trabajando. Se trata de una película de la francesa Brigitte Rouan, en la que, primero, los colombianos no son los protagonistas de la historia y, segundo, el nombre original, en ese país, fue Los trabajos: se sabe cuando comienzan...

    Carlos Llano, gerente de distribución de Cine Colombia, que trajo este filme a nuestro país, explica que en México, desde donde se distribuye la película para América Latina, el nombre del filme era Peligro, hombres trabajando. "Como tenía algunos colombianos en la historia, le cambiamos el nombre para hacerla más atractiva en nuestro país", dice Llano y agrega que generalmente los filmes llegan a nuestro país con el nombre que les pusieron para toda la región.

     
  • At 11/10/2006 12:10 a. m., Anonymous Anónimo said…

    En la foto ustedes no parecen ser exactamente obesos, sudados (por cierto, la palabra correcta es sudorosos) y apestosos y por lo que muestran los dos en este espacio y Jonathan en el propio, no reflejan mediocridad en sus proyectos. Me parece que hacen un muy buen trabajo, excepto por cosas como éstas. Si se van a llenar de ese pesimismo absurdo que es producido por la generalización de una comunidad en particular (llámese colombianos, gringos, chinos, humanidad: todos gozan de una merecida mala fama a causa de algunos) en un espacio que pretende un esparcimiento, una difusión cultural como lo es El Kibbutz, me parece que se están contradiciendo sobremanera. Muchos colombianos, les faltó mencionar, son excelentes para criticar, así como ustedes en esta ocasión, pero en pocas ocasiones son buenos críticos y en casi ninguna proponen soluciones ante las problemáticas que se les presentan. Ustedes tenían un problema, la falta de compromiso social y cultural de la juventud con su comunidad; presentaron una solución excelente que fue El Kibbutz, solución nada mediocre a mi parecer, así convenzan a uno o a dos, o así se convenzan sólo ustedes de que la respuesta a muchas de las inquietudes no sólo de este país sino del mundo está en una revolución social y cultural que debe empezar por nosotros, los jóvenes, ustedes no son mediocres. Son mediocres cuando ese pesimismo absurdo, repito, los contagie e invada sus buenos deseos con ideas pendejas y tomadas de los clichés más típicos no sólo de ésta sino de muchas sociedades en el mundo que tienden a resaltar los defectos más intrínsecos de sus individuos y quedarse entonces cruzados de brazos o apaleando a cualquier intento de superación que en ella se engendre. Recurro entonces al siempre fastidioso sonsonete, “por eso es que este país está como está”, qué huevonada abrir un espacio para el fomento de riqueza cultural en la juventud bogotana si van a salir con lo mismo de todo el mundo: “este país es una mierda”. Si creen que es una mierda, si creen que los colombianos somos lo peor, una partida de gente deshonesta y poco lúcida, pues entonces no se desgasten más haciendo este tipo de esfuerzos, porque a quiénes irían dirigidos entonces? Si se han dado cuenta que en esta sociedad no vale la pena invertir sus ideas porque está decayendo continuamente en los mismos fracasos y en la misma miseria, pues orienten sus acciones a cosas distintas que los enriquezcan a ustedes como personas o a una comunidad que sí las valgan, pero ya es suficiente, por lo menos para mí, que me estén mencionando constantemente y por diversos medios amarillistas (casi siempre nacionales, que es lo más desalentador) que en este país y rodeado por esta gente, no vale la pena vivir, llorando sangre y hablando pestes de todo y de todos. No se centren tampoco en la crítica al señor presidente y a su gabinete de ministros y demás políticos, ya las estadísticas y los medios (casi siempre internacionales… más desalentador aún) nos dejan muy claro que tenemos uno de los gobiernos más corruptos del mundo, aquí es normal ver que se roban catorce, cincuenta, cien mil millones de pesos y que todos se queden callados, no se desgasten en publicar artículos que enriquecen una imagen ya tan saturada, es algo que ya todos sabemos y El Kibbutz es ese espacio casi único que tiene la misión, precisamente, de apartar de esas tediosas rutinas a los lectores. Ustedes son un medio informativo diferente, algo que a muchos no interesa pero que a otros, como a mí por ejemplo, incentiva a buscar soluciones creativas a los problemas que la vida nos expone a diario, no se vayan por lo mismo de todo el mundo, de todos aquellos que se creen “rebeldes” o “diferentes”, que buscan con palos y piedras, igual que el día en el que nació el conflicto, salir de éste, a ver si algún día funciona. Finalmente, aplaudo los intentos por disuadir a la juventud de esa “pornomiseria” que se presenta desde que abrimos los ojos en las mañanas hasta que llegamos a nuestras casas a escuchar algo de buena música, acompañados por un café e inmersos en la entretenida agenda que proponen; por favor, no sean parte de esa bola de nieve que es la sociedad colombiana, cada vez más personas piensan lo mismo, se inclinan por pensamientos obsoletos que no contribuyen ni siquiera a su desarrollo personal, ustedes con lo que expresan en este artículo la enriquecen llevándose además a muchos de sus lectores. Miren atrás y establezcan si lo que quieren es unirse a esa multitud de medios que lanzan opiniones acerca de temas carroña de todos los días, o constituirse en una oferta única para un público más exclusivo que se cansó de digerir esa carroña y que por eso los prefiere, por intentar algo distinto y mostrar a la juventud, al país, a la rutina y en un sentido más abstracto, a la vida, cómo se vería por el ojo del culo.

     

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