El Kibbutz

Kibbutz: colonia, settlement, asentamiento, rincón elegido dónde alzar la tienda final, dónde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro. En la Rayuela, el cielo y la Tierra están en un mismo plano, hay que entrar al cielo a patadas, el zapato patea la piedrita, mirar al mundo a través del ojo del culo, la piedra debe pasar por ahí, llegar al Kibbutz. (Cortázar)

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10/25/2006

El del medio


TAXIII
Por: Diana Alfonso

Como si fuera el comercial del chocolate todas las mañanas al salir el sol tomo un taxi para ir a la universidad, sí, siempre lo hago, por lo que me puedo considerar experta en el tema; este transporte urbano tiene de todo como en botica, mi rutina comienza faltando muy poco para las siete de la mañana. Camino hasta la avenida principal que queda cerca de mi casa y luego me dispongo a coger el taxi...

Al sacar la mano se tiene que tener cuidado de:

1. No levantarla demasiado para que no pare ningún bus.
2. No darle un golpe a alguien. Como casi siempre me pasa.

Después de levantar la mano pueden pasar muchas cosas:

1. Que no pare ningún taxi.
2. Que se genere una carrera entre dos o más taxis hasta que el más avispado pare lo más cerca posible a mis pies.
3. Que pare un taxi.

Al hacerle la seña al taxi por lo general el usuario tiene la posibilidad de escoger el carro que va a utilizar, no nos digamos mentiras, siempre esperamos un último modelo, aunque cuando no se cuenta con mucho tiempo el primero que pase está bien.

El usuario, o mejor, yo no me fijo o no alcanzo a ver cómo es el conductor, elemento fundamental de este tipo de transporte público.

Al cruzar las primeras palabras con el chofer uno se da cuenta de qué clase de conductor es:

El conductor amable:
Es sin duda un buen conductor, que saluda y está dispuesto a respetar la ruta y tal vez con quien se puede:

1. Cambiar el país en cinco minutos.
2. Conocer la vida de alguno de los dos, esto depende de qué tan largo sea el trayecto.
3. Hablar del clima.
4. Y como alguien siempre dice, hablar sobre la producción de ajonjolí en Tailandia.

El conductor callado:
Es considerado como aquél que sufre del “fenómeno telegrama” sí, parece que le cobraran por palabra, por lo general sólo se le oye la voz al momento de decir cuánto se le tiene que pagar.

El conductor regañón:
Este tipo de conductor es especial, lo primero que dice es “¿tiene suelto?” si uno tiene la fortuna de decir que sí, comienza a dar un discurso que tradicionalmente sería así: “sí, es que uno primero pregunta porque la gente le pretende pagar a uno una mínima con un billete de veinte, qué tal a esta hora uno no tiene cambio…”.

Pero si por el contrario uno no tiene sencillo, le pregunta para dónde va, si al conductor le convence la carrera lo recoge de mala gana, y si no logra convencerlo, de malas, a coger otro taxi o a buscar quien le cambia el billete.

Con este tipo de conductores usted no pude opinar nada, tiene que estar de acuerdo con la ruta que elijan y no contradecirlo en nada pues usted no sabe cómo pueda reaccionar.

El conductor lento, sordo y mudo:
Es el conductor que aún no ha descubierto que su carro cuenta con un pedal especial llamado acelerador, diseñada para que el taxi avance a una velocidad similar a la de los otros carros.

Este conductor no respeta la ruta y si lo hace es después de que el pasajero haya dado gritos como “por aquí”, “no, a la izquierda”, “no a la derecha” etc.

Cuando se equivocan en la ruta dan vueltas y vueltas tratando de buscar un retorno o haciendo todo lo posible para que el taxímetro aumente y por lo tanto aumente el valor de la carrera.

El conductor veloz:
Por lo general tienen el radio a todo volumen y cuenta con el delirio de corredor de la Fórmula 1, no existe semáforo, carro o bus que los detenga, si al caso bajan un poco la velocidad es por algún peatón, perro o gato que se les cruza en el camino; son algo riesgosos pero ideales cuando:

1. Se tiene afán.
2. Se quiere recordar a Dios, Jesús, Cristo, Alá, Jehová o a cualquiera en que se crea o nos haya creado.

El conductor religioso:
Por lo general tiene el radio sintonizado en una emisora relacionada con la religión que profesan, cristianos, católicos testigos de Jehová etc., en donde para mí, un señor, para ellos un pastor, guía, iluminado o cura, habla y habla sobre lo mal que esta el mundo por culpa de los que no tienen, fe, convicción, creencia, temor de Dios etc.

El conductor vivo:
Ah, éste es el que busca las rutas más largas proponiéndole tomar atajos para evitar trancotes, semáforos o huecos; al que hay que tenerle cuidado y desconfianza a la hora de pagar, siempre mire la tarifa, aunque en algunos casos se valen de un artefacto llamado comúnmente como “muñeco”, 100% ingenio colombiano especialmente diseñado para que el taxímetro aumente de manera rápida.

Algunos se pasan de vivos y pretenden recoger a otros pasajeros durante el recorrido como se si tratara de un bus. ¡Qué tal!

El conductor coqueto:
Conocidos porque sus palabras preferidas son: reina, princesa, dulzura, mamita etc. Cuentan con un selecto repertorio de piropos que en el peor de los casos resultan pesados; también se reconocen por hacer preguntas como ¿y tienes novio?

El conductor tecnológico:
Cuentan con lo último en tecnología, usan un taxímetro satelital, parecido a un pequeño computador que mide hasta la respiración de pasajero.

El conductor seguro:
Reconocidos por que el las puertas del carro hay una calcomanía que dice “cierre con cuidado”, cuentan con una división estilo patrulla de policía de película extranjera, en donde tiene un pequeño orificio diseñado para que los billetes y monedas lleguen al conductor sin necesidad de tener contacto con él.

El conductor primiparo:
Por lo general no conocen la ciudad confunde la autopista norte con la autopista sur, son despistados pues se les olvida utilizar prender el taxímetro, además después que el pasajero les indica que giren por la derecha inexplicablemente lo hacen por la izquierda.

Las conductoras
Son muy pocas ya que el machismo predomina en este medio, se caracterizan por ser sumamente amables y cordiales con el pasajero.

Ah, estos son los enigmáticos conductores de taxi los encargados y especializados en dar consejos, robar sonrisas, sacar la piedra, rescatarnos de apuros cuando el reloj nos ha ganado la batalla.

 
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