El Kibbutz

Kibbutz: colonia, settlement, asentamiento, rincón elegido dónde alzar la tienda final, dónde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro. En la Rayuela, el cielo y la Tierra están en un mismo plano, hay que entrar al cielo a patadas, el zapato patea la piedrita, mirar al mundo a través del ojo del culo, la piedra debe pasar por ahí, llegar al Kibbutz. (Cortázar)

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10/21/2006

COLUMNA ESPECIAL


YO REINARÉ
¡Todos a las armas!

"¡Muy apreciados soldados y policías de mi Patria!, ¡comandantes!, ¡señor Ministro de la Defensa!: ¡nadie en los cuarteles!, ¡nadie en las oficinas!, ¡nadie en las escuelas!, ¡todo el mundo a las calles!, ¡a fortalecer la política de Seguridad Democrática!, ¡a proteger esta ciudad con toda la eficacia, como nos lo ha pedido con patriotismo su alcalde, el doctor Luis Eduardo Garzón!".

Embravecido y altanero se levanta el Tirano, estirpe de endriagos y balitres sobre los cadáveres insepultos de generaciones silenciadas. Contento levanta su espada al cielo gritando ¡Seguridad Democrática! Nunca estuvo de acuerdo con un acuerdo humanitario ni negociaciones en pro de la Paz, para esta especie de orcos la única ambrosía es la sangre. Ahora aprovecha un atentado terrorista más simbólico que mortal, perpetuado por alimañas hermanas suyas. La hermandad devora el suelo, el aire y el espíritu de un país acostumbrado a andar cogido del brazo de la Parca y besando a la Gran Puttana.

Nos llama a abandonar nuestras casas, dejar las oficinas y armarnos furiosos. Uribe quiere enseñarnos que la muerte es una opción. Se enaltece al llamar a gritos al Averno con millones de almas en una bolsa, nos otorga a cambio de poder y sevicia. Se supone que escuchemos a nuestro líder con cerebros muertos y ojos extirpados. Su voz está destinada a lograr que apretemos el gatillo y sigamos haciendo parte del mismo círculo vicioso que tanto guerrillos como irracionales políticos han venido forjando los últimos cincuenta años. Rayuela de corrupción con una granada como piedrita, aquí el Cielo y la Tierra están al mismo nivel, igual que la justicia y el terror.

Ignorantes e inconscientes enarbolan la bandera de Uribe con una mano en el pecho, símbolo que debería generar desconfianza en lugar de admiración. Se dirigen a las urnas con cadenas al cuello y fusiles presionando sus espaldas, votan por el segundo período de desangramiento a manos de verdugos ilesos. En las Universidades, jóvenes ciegos y sordos viven ensueños color rosa, caminan junto al desplazado o el mutilado y sus ojos se deslizan hacia el suelo mientras en su interior acallan los gritos de su corazón. En otras, la protesta se ha vuelto una moda recurrente y cotidiana. Se ha dejado la discusión política en manos de las pasiones e instintos, campo de juego perfecto para Uribe, quien sólo entiende el lenguaje armamentista.

"El hombre me ha visto bailar frente a él por años, en cuanto deje de hacerlo y se mire a sí mismo, yo desapareceré" dice Júpiter en Las moscas, de Jean-Paul Sartre. Se entiende que Dios enceguece y distrae al hombre, efecto similar a las políticas paternalistas de nuestro presidente. Danza frente a nosotros con rostro famélico y vestidos exóticos prometiendo la Paz, jurando que no debemos pensar ni actuar. Todo está en sus manos, él es nuestro padre y nos protegerá pase lo que pase, hágase su voluntad en la Rayuela, así en la Tierra como en el Cielo. Así como Uribe nos recuerda ese paraje escrito por el padre del existencialismo, también trae a nuestra memoria un perfil político de finales del XIX. Se trata de Rafael Núñez, Padre de nuestro Estado y de la Constitución de 1.886. Perpetuador de crímenes simbólicos en torno a la censura, el paternalismo embrutecedor y la venta de ideas políticas a cambio de prejuicios religiosos, no se nos haría raro ver a Núñez con una mano sobre el corazón. Hijos de la Parca portan camisas negras y rezan a Franco, Hitler y a Musolini mientras aprietan contra el pecho una esvástica de hierro.

Al parecer ya tenemos la edad suficiente para agradecer a Uribe lo que ha hecho por nosotros, pues empieza a cobrar. Con un discurso demasiado veintijuliero y populista Álvaro Uribe Vélez nos pide una cuota de sangre para acabar por la vía militar el conflicto que nos ha atormentado por medio siglo. Lo mismo hacen los guerrillos, bañados en el clisé de la revolución armamentista que se ha convertido en un sistema de lucro ilegal y asesino, carente de ideologías y parásito destructor de esperanzas y sueños. Se venden internacionalmente como la respuesta en contra de gobiernos corruptos y logran que ONG's los apoyen convencidas de que los colombianos amamos sus acciones. Asesinos y verdugos por todos lados, la vida se vuelve un miserable trasegar de confianzas destruídas y votos vendidos. Los ideales son ahora bienes con ánimo de lucro.

Sin embargo, no es todavía el momento para entregarles la victoria. Dejemos que el Tirano vocifere y calme su sed sin frutos. "Hay una pequeña pulgada dentro de cada uno de nosotros que no debemos arriesgarnos a perder, pueden perseguirnos, torturarnos e incluso asesinarnos, pero no habrán conseguido su objetivo si nos aferramos a nuestra integridad". Andemos por la calle con espejos gigantes que reflejen los rostros de aquellos opresores que intenten detenernos. Escupamos la indiferencia y abandonemos la ignorancia. Unámonos en un acto de pensamiento y tolerancia, una revolución pacífica y cultural, lo que Colombia necesita es que demostremos que la muerte no es una opción. Así desaparecerán las armas de los verdugos y sus máscaras caerán al suelo, pisoteadas en el barro de su inmundicia.

2 Comments:

  • At 10/21/2006 10:27 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Se avisparon tarde

    Cuando podía eliminar por completo al enemigo se arrodillaron, ahora que el contrario los supera en número, armamento y estrategia se levantan en zancos tratando de evitar lo inevitable, utilizar inocentes como carne de cañón, claro, es normal, por que en Colombia hay árboles de carne, de huérfanos, de viudas, de tristezas y de sufrimiento.

    La muerte no ha sido la solución sino el inicio de la tragedia, ¿por qué creer que lo va hacer ahora?

     
  • At 10/24/2006 11:24 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Gaelito, Joselito, tengan en cuenta lo siguiente:

    Desafortunadamente nuestras instituciones educativas nos han enseñado a querer la historia de un forma bélica mas no reflexiva y analítica como debería ser.

    Hechos como la Guerra de los Mil Días, Masacre de las Bananeras, Guadalupe Salcedo son sucesos que han permitido celebrar nuestra historia beligerantemente.

    Para colmo de males, Uiribito pide 8.5 billones de pesos para el presupuesto militar, tarifa bastante absurda que saldrá inevitablemente del bolsillo de nosotros.

    ¿Qué pasa Colombia? no digo mi patria porque Uribito la plagió salvajemente de Nariño, Policarpa Salvarrieta, Camilo Torres, Pedro Fermín de Vargas, etc. la reemplazo por mi Nación ya que para llegar a ese estadio, tendremos que repetir banalidades de la segunda Guerra Mundial, y una democracia represiva dejando como consecuencia infames dictaduras.

    Posdata: felicitaciones por el blog
    cuenten conmigo para lo que sea. Considero que a partir de estos mecanismos se forman las primeros ánimos de levnantamiento.

    Por Efraín Mendoza. Gracias por permitirme expresarme en este espacio uuuuuuuuuhhhhhhhh uhhhhhhhhhh

     

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