Vendetta

HABILIDAD LITERARIA

El hermafrodita

Por: Jonathan Torres

Al principio puede sonar extraño pero es cierto, Oscar Collazos es hermafrodita. En este Vendetta hablaré de la inusual habilidad literaria de un escritor que es capaz de explorar dos mundos al parecer opuestos, la masculinidad y feminidad, de una manera inigualable.

Lo cierto es que aparte de la fe y la política, las guerras más catastróficas y actos con mayor grado de estupidez han sido provocados por las furias sexuales. El machismo y su contrario son falacias guerreristas que en determinados momentos de la historia han trastornado al mundo generando más desorden del que ya existe. Y pasando a lo que nos corresponde, en la literatura también se han definido como dos frentes de batalla desde los cuales cada quien expone lo mejor de su sexo y lo peor del otro. Razón por la cual es más que facilísimo descubrir la sexualidad de un autor a través de sus palabras. Denle a alguien un relato de Bukowski sin decirle que el autor es hombre, seguramente la persona confirmará sin mayor argumento que su lectura la imposibilidad de tratarse de un escrito realizado por una mujer.

Existe en los autores hombres una tentación a la solemnidad que sólo permite un cerebro con las disposiciones anatómicas para preferir la lucha y competencia sobre la serenidad y reflexión, propiedades que me atrevo a decir son femeninas. Ni siquiera Cortázar, escritor que supo explorar dimensiones antes insondables de nuestra psicología y realidades oníricas es capaz de volverse mujer en sus historias. Porque él es cronopio, vampiro, jazzista, y sin embargo, nunca deja de ser artículo definido masculino singular. Cuidado, esto no reduce su vastísima calidad literaria, por cierto mayor que la del autor que inspiró este artículo.

Sin embargo, yo como frecuente lector encuentro gran satisfacción y sorpresa cuando por mis ojos desfilan palabras de las cuales me confundo en la ambigüedad, no estoy seguro si leo a un hombre o a una mujer. Me pregunto si es posible que un hombre sea capaz de lograr eso que algunos llaman "saber lo que ellas piensan", o viceversa -caso de Patricia Highsmith, quien parece ser altamente misógina y toma una posición por demás masculina en sus historias-. Y cuando leo a Collazos me convenzo de que sí, efectivamente existen algunos con el, para mí, don de mostrarse bicéfalos, hermafroditas. Y así cada lectura se va convirtiendo en un constante buscar de pistas que me guíen a desentrañar ese rostro femenino de Collazos, y les cuento que no es nada difícil.

Ojeando el último libro de Collazos, Rencor, me encontré con un comentario de Florence Thomas, la feminista, en el que desde su posición agradece a la vida por la existencia de hombres como él que rectifiquen la sobriedad de mentes no contaminadas por los vicios y corrupciones de la tradición sexual y del tabú de nuestra sociedad. ¿Cómo hacer para que una feminista hable bien de uno? Pero aún más importante, ¿cómo carajo hace uno para salirse del moldecito de machito bravo o mujercita endeble y explorar nuevas y más perfectas obras no sólo literarias sino artísticas? Es como jodido, pero ahí tienen a un tipo que lo supo hacer, sobre todo con historias que le agarran a uno los ojos y no los sueltan hasta el punto final.

PDTA: Más libros y menos rabias parece ser una posible solución, ya vemos el efecto en nuestra ciudad, que por cierto será la Meca Mundial del Libro el próximo año. No lea porque le toca, lea porque es rico leer, déjese violar por la literatura, no duele y jamás se arrepentirá.