El Kibbutz

Kibbutz: colonia, settlement, asentamiento, rincón elegido dónde alzar la tienda final, dónde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro. En la Rayuela, el cielo y la Tierra están en un mismo plano, hay que entrar al cielo a patadas, el zapato patea la piedrita, mirar al mundo a través del ojo del culo, la piedra debe pasar por ahí, llegar al Kibbutz. (Cortázar)

Google

1/27/2007

Cabuya

Cabuya

Cabuya es el nombre de un grupo de música afro colombiana, algunos los califican como fusión, aunque ellos no crean que sea una fusión su trabajo, sino más bien la búsqueda por encontrar su género, y el de ellos es mezclando música afro con colombiana. Por eso Cabuya suena a tambora, a currulao, cumbia, porro, pero también tiene sus aires de pasillo y guabina, cargados de Funk y Blues. Por eso sólo ellos pueden pararse en un escenario y poner a sonar una gaita con solos de guitarra, o un piano muy ácido con una trompeta rápida.

Todo se vale en la música, y ellos lo saben, por eso sus presentaciones van cargadas de sátira política y social. Se visten como mafiosos, pues se hacen llamar la “Mafia del Aguacate” y vienen cargados de sus armas: Trompetas, congas, tamboras, y maracas. Cabuya inició sus presentaciones en Bucaramanga, fue allí donde se reunieron los nueve integrantes y empezaron con este “laboratorio musical afroamericano, amerindio, de las músicas urbanas, el teatro, lo audiovisual, los estudios académicos, la danza y la investigación; a partir de estas influencias se plantean la puesta en escena y la propuesta sonora”, como ellos mismos dicen. Este año sacaron su primera producción, “Comienza el garroteo”, que se consigue en cualquier disco tienda del país, y los invito a comprarlo y apoyar estas propuestas musical, que al menos suenan diferente, con sabor, bulla y crítica. Esta producción será la banda sonora de la película El cielo de Alessandro Basile.

El video que presento a continuación es una entrevista a Sergio Arias, la voz principal del grupo. Que sean, pues, ellos mismos los que expliquen por qué el nombre Cabuya, y qué es eso de la amorquía musical.

Más información en www.myspace.com/cabuya

1/21/2007

Vendetta

EISENHEIM THE ILLUSIONIST

Por: Jonathan Torres

Una película para no perderse es El ilusionista, con la actuación de dos grandes, Edward Norton Dragón rojo, Historia americana X, entre otras) y Paul Giamatti (Entre copas y principal de la serie actual American splendor). Es un deleite para aquellos que todavía creen en la magia a manera de capricho. Y para los más racionales y escépticos, la obra del director Neil Burger pone en tela de juicio esa línea delgada que divide lo empíricamente comprobable de lo insólito. En la magia hay trucos, trampas, engaños, ilusiones, todos llevados a cabo por una mente ávida con la capacidad suficiente de jugar con las demás; empero, también existe una arista oscura e indescifrable que es en definidas cuentas lo que atrae de los espectáculos realizados por verdaderos ilusionistas en lugar de meros prestidigitadores de circo.


Satisface ver que en la película la magia, aunque es la piedra angular, no es la tesis ni el argumento principal. Es evidente que detrás de todo mago bueno en lo que hace hay un trabajo intelectual y espiritural. Un ser que entra y sale de los dos mundos que lo dominan, la realidad y la fantasía. ¿En qué momento la realidad se transforma en fantasía o cuándo la fantasía es obvia y sus secretos deducibles por medio de la razón y la lógica? No se puede estar seguro. Lo cierto es que el eje central del debate está en que todavía se puede creer en mariposas que levantan un pañuelo, naranjos que nacen de cajas de metal y el tradicional truco de la desaparición o el simple adivinar en qué mano se encuentra la ciruela. A la larga a nadie le importa la manera en que la magia se presenta, salvo a los ingenuos y desenamorados. Saber que para que el naranjo parezca crecer apresurado y además con frutos se necesita tan solo un mecanismo de tuercas no le quita lo mágico o increíble.

Por esta razón es que el realismo mágico ya no existe, la realidad puede, a veces, tal vez siempre, superar por insólita a la fantasía. La magia se convierte en un don nacido de la mente y la astucia; Eisenheim el Ilusionista hace precisamente eso, jugar con la mente de todos valiéndose de una inteligencia superior y desarrollada.

Ambientada en Viena, la película abraza al público de principio a fin y no lo deja parpadear hasta que el último truco es revelado. Está muy bien escrita, la música hace bien su papel y la fotografía se encarga de agregar ese toque místico frío y soberbio de una sociedad noble terriblemente científica, absurda y corrupta. Es el retrato de las dimensiones humanas que lindan entre lo demoníaco y lo fantástico, lo pérfido y honorable, cada personaje tiene su hybris, lucha hasta el final contra sí mismo buscando las respuestas que lo atormentan, pero siempre hay ilusión, Eisenheim está presente cual titiritero sobre el escenario y hace de esta película, basada en el libro Eisenheim el ilusionista de Steven Millhauser, una función digna de ser vista.




Lorenza y el trovador


Por: Jonathan Torres


Dicen por ahí que hay un trovador envejecido que canturrea los himnos del pasado y con su gaita despierta las ninfas de las alcantarillas. A nadie le importa su nombre, pero hay quienes aseguran haberlo escuchado. Otros juran haberlo visto y lo describen como un anciano con gafas negras y pelo en puntas, por mugre o gel. Sus dientes, dicen ellos, son blancos como la melancolía pero su sonrisa desmiente el color. Los que lo han visto concuerdan en que lleva un chaleco vinotinto y debajo una cantidad desconocida de bufandas que a pesar del número, no hacen bulto. Los mendigos sonríen cuando pasa a su lado pues son ellos quienes siempre lo ven. Es por eso que a veces encontramos en sus rostros un brillo de algo parecido a la felicidad, siendo tan extraño que ésta se aparezca en sus terrenos.

También dicen que sus pantalones son a cuadros, pero no son capaces de definir sus colores. Terminan en botas marrones que no llegan a pisar el suelo debido al constante baile del trovador, de brinco en brinco se sostiene en el aire. Su gaita es azul como azul la perra que anda tras él. Ésta se llama Lorenza y sus ladridos estremecen el alma cuando se juntan en el aire con el sonido de aquella. Esa perrita deja un tufo a cacahuetes a su paso, como a mantequilla de maní esparcida sobre el caucho de las llantas. Rara vez se los ve en el norte de la ciudad, su recorrido se limita al centro y de vez en cuando se pasean por la 100. De ellos me habla el hombre sin manos ni piernas al frente del edificio de Avianca en la Séptima. Dice que el trovador hace que su chaleco roce su cabeza mientras Lorenza lo lame cariñoso. De ellos me habla Blackie, que imita no sé si en vano los saltos del viejo y me cuenta que cuando están solos intercambian canciones. Él le enseña los nuevos temas de la calle y sus angustias, el viejo lo instruye en idiomas muertos y extraños, como jeringonzas dice el negro.

Lo han visto jugueteando con su perro en el Planetario y muchas personas cuando pasan por la Torre Colpatria levantan la mirada esperando repetir aquella ocasión que lo vieron dando giros en la terraza. Se habla con los hippies y vendedores de manillas, conoce a los pintores de la 22, se ha mandado hacer retratos pero los autores dicen que los guardan en el bolso, y cuando lo buscan, ha desaparecido. Se toma un café en el Automático antes que alguien entre a acompañarlo, la señora que atiende se sonríe picarona de esa jugarreta que mantiene con él. Lorenza corretea a las palomas de la Plaza de Bolívar y algunos ancianos que ya ni siquiera a ellos pueden ver se preguntan por qué sonarán tanto las alas de los animales sobre sus cabezas.

Dicen los que saben, que cuando al cielo de la ciudad le da por llover el trovador entristece y se esconde bajo la vitrina de la tienda más cercana. Junto a él se sienta Lorenza y van desapareciendo poco a poco. La perra tiene el hocico cerrado y casi pegado al suelo. Él tiene la boca cerrada y mirando al cielo. La gaita se calla por fin, no se escucha otra cosa que las gotas como redoblantes. Es un concierto desgarrador, se destiñe la ropa de los espíritus y va cayendo mezclándose con los charcos de sinrazón que forma la lluvia. Pero el trovador no tiene motivos, así como el arco iris. Y como éste, después de la lluvia vuelve a aparecer con todo su esplendor y gritando demente comienza a correr de nuevo, Lorenza tras él y la gaita dejando melodías en cada esquina y andén, con ese olor a llanta con mantequilla.

1/19/2007

Archivamos


No, tranquilos, no hemos borrado nada. Simplemente decidimos archivar algunos Post porque el Blog estaba algo pesado para cargar. Así que para mayor comodidad de nuestros lectores están las últimas entradas de estos dos meses, sin embargo pueden revisa Vendetta, Basura Aqi, y otros textos publicados en el Blog en el Archivo que se encuentra en el sidebar. Esperamos que sea de mayo comodidad y más fácil acceso para nuestros queridos lectores.

Basura aqi

IMPUNIDAD

Por: José Báez


31 de diciembre de 2006, mientras la mayoría felices destapaban trago y echaban voladores, había otros con una cara de preocupación, generalmente se les reconoció por ejercer o estudiar periodismo. Preocupación mezclada con miedo, diría yo, pues el año pasado fue el año más mortífero en cifras de asesinatos a periodistas desde 1994. 81 periodistas muertos y 56 periodistas secuestrados en todo el mundo. Por eso se inició esta campaña mundial contra la impunidad, organizada por la Sociedad Interamericana de Prensa, con spots en radio y televisión, comerciales en Internet y en los más importantes diarios del mundo.

Cuando entré a estudiar periodismo recuerdo a un profesor que nos advertía “No saben en lo que se metieron”, porque no existe en el mundo profesión más peligrosa que la del periodista. Pero su riesgo va ligado al valor que se tenga de nunca callar, es decir, peligrosa pero prodigiosa. El problema, como ya vimos, no es sólo colombiano, el año que pasó 64 periodistas encontraron la muerte en Irak, que estuvo cerca del número de periodistas que en 1994 murieron el genocidio de Ruanda. Irak, pues, se cataloga como el país más peligroso del mundo para los que trabajan en medios de comunicación. México obtuvo el segundo lugar por encima de Colombia, debido a los problemas de corrupción y tráfico de droga que los periodistas asesinados destaparon.

Y la lista sigue en países como Filipinas, Rusia, Israel, Bangladesh, Chile, en total son 21 los países que en el 2006 callaron a uno o más de los periodistas que allí trabajan. Sin contar, por supuesto, el sin número de periodistas amenazados que, o se ponen de lado de ellos o se esconden en el silencio. Y el problema aumenta cuando hablamos del Derecho a la Información que nosotros como ciudadanos tenemos. Cada muerte de estos periodistas es una bofetada a nuestro derecho a informarnos. “El asesinato de periodistas le arrebata a usted el derecho a al información, la indiferencia es cómplice de la impunidad” dice la campaña. Curioso me pareció que al preguntarle a gente que conozco ¿qué significa para ellos impunidad? Una buena porción dijo que era un sinónimo de salvamento. Sí, (me explicaban) cuando uno queda impune es que le quitan algún señalamiento o acusación… ¿no? Pues no, impunidad no es inmunidad, impunidad se acerca más a injusticia, abuso, despotismo, ilegalidad y exceso.

Si no tenemos la información verdadera, pues viviremos en países falsos, donde los medios de comunicación nunca serán sinónimo de verdad sino de censura, y pasarán de ser fiscalizadores del gobierno a ejercer un papel semejante al del eunuco o el esquirol. Y vaya sorpresa la mía al encontrar que no solo periodistas sino también Bloggers son perseguidos y encarcelados, especialmente en países de dictaduras donde es imposible cuantificar la cantidad de censura que presentan como: China, Corea del Norte, Cuba, Irán, Egipto, Vietnam, entre otros. Vaya suerte la mía, blogger y periodista.

Es impresionante encontrar casos que llevan más de 10 años sin resolver y que por medio de chancucos de abogados y falta de pruebas logran culpar a inocentes y sacar libres a los culpables por unos cuantos pesos. Es por eso, de pronto, que no estudié Derecho, no sé porque los abogados siempre me han parecido seres sin ética que se ofrecen al mayor postor, alguna vez escuché la historia de un abogado que defendió al asesino de su madre y más tarde se enteraría de su error. Y lo que falta en este país es abogados serios, una fuerte fiscalía, que no le tiemble la mano culpar al asesino y privilegiar a los periodistas que cumplen su función, su verdadera función periodística. Porque el regaño también va para los periodistas que viven detrás de las chivas y se convierten en seres inhumanos que son capaces de pasar por encima de moribundos sin ayudarlos por estar contando el número de muertos para tener la primicia.

Yo no estoy hablando de venganza ni de perdón, estoy hablando de justicia. Y creo que la campaña (que por cierto nació de un libro llamado Impunidad nunca más) también desea justicia, que las muertes de estos periodistas no sea en vano y queden en el olvido. La página de Internet
www.impunidad.com se creó para honrar sus nombres, sus luchas y evitar que sigan sucediendo estos actos, pues ante la impericia de los estados nacionales por resolver crímenes de periodistas, no hubo otra que unirse para exigir a las autoridades de cada país el esclarecimiento de los crímenes que parecen archivados en la carpeta titulada impunidad.

En Colombia, por ejemplo, aún no se entiende la muerte de
Elizabeth Obando Murcia, Amparo Leonor Jiménez, Jaime Garzón, Gerardo Bedoya Borrero, Orlando Sierra Hernández, Jairo Elías Márquez, Carlos Lajud Catalán, Guillermo Cano Isaza, Guzmán Quintero Torres, Hernando Rangel Moreno, Ernesto Acero Cadena, Nelson Carvajal, Gustavo Ruiz Cantillo, entre otros. Pueden hacer click en cada uno de los periodistas para conocer el caso. Exigimos justicia, exigimos que se esclarezcan estas muertes lo antes posible de estos periodistas, exigimos protección para quienes ejercen esta profesión, y esta vez exijo, querido lector, que colabore con su firma reclamando la injustificada impunidad ingresando a la página web y a estar pendientes de las noticias e informes que allí se publican, y le suplico nunca permanecer en silencio. Bertalt Brechet, en un poema cuanta que: Se quedó callado cuando se llevaron a los comunistas, porque él no era comunista; y se quedó callado también cuando se llevaron a los judíos, porque él no era judío; y cuando llegaron a llevárselo a él ya no tuvo a quién decírselo.



1/08/2007

Cine colombiano




Una es un experimento cinematográfico que desafía la costumbre y la otra es una tragicomedia que pone en tela de juicio lo fuerte que una amistad puede llegar a ser, se trata de Dios los junta y ellos se separan y Las cartas del gordo.

Como bien lo dijera Cortázar, no hay temas malos sino malos escritores, o para el caso libretistas o directores. El problema no está en buscar historias fantásticas y nuevas, la idea es darle otro tratamiento y otra mirada a las temáticas existentes. ¿A quién le importa la historia de un mujeriego borracho que le pega a su mujer y tiene una hija perra y un hijo drogadicto? o ¿Quién se va a interesar por un gordo peluquero que se mantiene fiel a un amigo que no recibe sus cartas? No son historias trascendentales ni mucho menos ambicionan profundidades intelectuales, por lo que agradan y entretienen con honestidad.

No obstante, el trabajo de Dago García en la segunda, y el original guión de Harold Trompetero para la primera hacen de estas dos producciones emblemas de creatividad, inteligencia y sobre todo talento cinematográfico. Hablando de Dios los junta... no se nos hace para nada fácil contar una historia a punta de llamadas telefónicas, manteniendo a la audiencia atenta a cada conversación. La película transcurre como un timbrazo, es usted en su casa llamando y recibiendo llamadas, tan rápido que muchas historias se aparean en el cable. A la hora de la verdad no queda ningún cabo suelto, a pesar del paso raudo y despreocupado de los pequeños relatos que se entrecuzan uno termina por comprenderlo todo hasta el final, en que aparece Santiago Chaparro -quien aparece junto a Julio Nava y Andrés Cepeda haciendo de trío serenatero-, miembro de Invisibles Invencibles, grupo de músicos de la calle reunido por César López, el de la Escopetarra. En el mundo entero, los encuentros cara a cara han venido dando paso a los mensajes de buzón, de texto, al chat, a la fotografía vía celular y a los emails. Ahora es verdad que ojos que no ven.... El oído es el nuevo ojo*.

Y sobre Las cartas... el personaje, Carlos Julio Martínez "El Gordo", que a pesar de sus aspiraciones continúa con el negocio de peluquería de su padre, espera que su amigo el Flaco Rangel, famoso futbolista se acuerde de él y cumpla la promesa de convertirse en el padrino de su hija. Con pinta de traqueto, es decir, chaqueta de cuero, joyas, gafas negras y guayaberas coloridas, el Gordo se mantiene firme ante las burlas de sus amigos, demostrando que la amistad es todavía una realidad alcanzable. Es evidente que la película, como lo dice García, está destinada al público colombiano y no a la crítica, por lo que el lenguaje televisivo y su estructura se pueden rastrear en su última película.

Buen cine fabricado en Colombia, esperemos la inspiración dure para siempre y las producciones colombianas se mantengan firmes y financiadas.

*Comentario de Trompetero con respecto a su última producción.

Últimos días


Si usted no ha ido a la Fundación Teatro Nacional la Castellana a ver Cabaret, no está en nada. La obra vuelve el 17 de enero y se presentará hasta el 29 del mismo mes. La boletería sí es un poco costosa pero vale la pena celebrar el nuevo año presenciando tan excelentes actuaciones y la dirección de Jorge Alí Triana.

Entradas: Platea: $ 95.000, Luneta: $ 65.000, Balcón: $ 35.000
(pago en efectivo).


Calle 95 No. 30-13
Tels: 257-0893, 256-1399

1/06/2007

Vendetta


EL CADÁVER INSEPULTO

Por: Jonathan Torres

A Arturo Alape

Desde el Bogotazo, 9 de abril de 1948 y con la muerte del Caudillo del pueblo Jorge Eliécer Gaitán, existe en Colombia un cadáver insepulto que acumula despojos de crímenes impunes y voces ignoradas. Así se llama el último libro que publicase el historiador Arturo Alape antes de su fallecimiento. Allí se mezclan los relatos y crónicas de Felipe González Toledo, periodista de la época, con los testimonios de Tránsito Ruíz del Toro, quien pierde la calma y la razón de su existencia cuando su esposo es desaparecido por miembros del ejército a causa de su participación en actos considerados como "revolucionarios" el mismo día en que Gaitán fue baleado.

Como buen narrador, Alape no tuvo que acurrir a la ficción para desarrollar una historia impactante que mantiene los dedos agarrados del libro. Su prosa es poética, cualidad de pocos escritores que empodera sus obras con un halo de sensibilidad desgarradora. Lo triste del caso es que su metáfora del cadáver insepulto no es tanto una hipérbole como una observación honesta y libre de adornos. Y mientras los años de Colombia pasan envejeciendo la modorra que el conflicto armado ha levantado como polvo, ese cadáver sigue creciendo, siendo provisto de relleno por guerrilleros, paramilitares, narcos, militares y políticos desde cualquier ángulo del territorio nacional, pues así estas palabras son emitidas desde la "tranquilidad" del espacio urbano, la muerte es cruda y real, y se esconde bajo las montañas y detrás de los frailejones de los páramos.

Hace poco en El Tiempo.com se publicó la carta que leyó el hijo de Alape como homenaje a su padre, un texto sentido y respetable en el cual fácilmente se puede rastrear la melancolía heredada. Se identifican a prima facie las agonías de un hombre que sentía sobre su piel las quemaduras y torturas de que había sido víctima el país desde el 50 hasta el día de su muerte. Su vastísimo trabajo así lo comprueba, más de cien obras entre novelas, ensayos, artículos y cuadros dan fe del fuego negro que carcomía las entrañas del intelectual al pensar en las injusticias del Estado y el mal estado de las cosas en Colombia. Esa misma llama fue la que ardiendo incesante lo guió a tomar las armas bajo la insignia guerrillera. Sobre la experiencia Alape obtuvo varias reflexiones que marcaron su carácter, además de haber tenido contacto directo con Tirofijo y escribir sobre él.

Desencantado, pues un hombre con armas hace lo mismo sin importar el escudo al que defienda, Alape dejó su vida militante con las armas para entregarse al amor por sus hijos, sus libros y sus cuadros. Y también dejó el clamor de la selva por exilios y persecusiones. Por Colombia y por su familia, el intelectual prefirió mudar. Como ya es leitmotiv en este país, comenzar a hablar de lo que sucede significa per se, tener el cañón de un revólver presionando la nuca.

Ahora bien, todo hombre lúcido es llamado a la revolución en determinado momento, algunos deciden luchar desde sus casas y con sus palabras, no sin miedos a ser amenazados o exterminados; otros, como Alape, acogen la guerra como un camino para luego desecharla y encerrarse voluntariamente en un kibutz de introspección y reflexiones intelectuales y por supuesto, espirituales. También hay frívolos que ven en la guerra el único camino, así como los hay desafortunados que deben verla así porque no tienen de otra. La decisión de generalizarlos a todos e ignorarlos por ser "guerrillos", palabra ya muy satanizada, induce a que los lúcidos estén destinados a compartir el patíbulo con los asesinos inmisericordes, con los reprimidos que encuentran diversión y descanso en un gatillo y finalmente, con aquellos que no tuvieron opción.

Es así como la sociedad misma se encarga de arrojar a la pila una cantidad indiscriminada de cadáveres impunes, ignorados, facilitando la labor de aquellas fuerzas oficiales encargadas de suavizar la realidad en pro de mantener el statu quo. Es así también, como fallece un intelectual con problemas económicos, olvidado por la gran mayoría mientras un vallenatero es llorado y sus exequias lamentadas por la gran masa doliente y agradecida.

Cuando un hombre se va, los grabados de la lápida dan fe de su partida, siendo finalmente simples garabatos en una piedra escupible y sin importancia; pero hay hombres que al partir no dejan fechas ni epitafios, dejan sus palabras tan endebles como un rastro de tinta sobre el papel pero fuertes y duraderas como una espada que at raviesa la memoria. Sin duda las huellas de Arturo Alape no desaparecerán de la arena ni su voz se escapará de mis oídos.

PDTA: El libro del que hablo se titula El cadáver insepulto. Publicado por la Editorial Seix Barral, 2005.


1/03/2007

Bizarro City



Para aquellos a quienes el bizarro no pasa desapercibido, les recomendamos hacer maletas y tomar el tren de la media noche y viajar a Bizarro City, donde lo extraño y paranormal son cotidianos. Esta ciudad les brindará lo necesario para que disfruten del arte raro y fetichista. Su alcalde los recibe con ánimos y el Juglar de la Calle Negra los invita a dejar atrás todo principio y dogma para dedicarse con devoción al ron y la bohemia. El hedonismo aquí es natural, pasen por Bizarro City y alquilen un apartamento.
bizarrocity.blogspot.com
 
Free Web Site Counters
Free Web Site Counters